sábado, 7 de octubre de 2017

Un poema oportuno

 
Sin Segundas Oportunidades

No doy segundas oportunidades
al tiempo ni a los sentimientos,
no esperes que vuelva a decírtelo,
no verás que vuelva a pedírtelo.
 
No hay segundas oportunidades,
para mí nunca,
tal como no las recibo, no las doy.
 
Y así
todo queda devorado por el tiempo,
menos los dolorosos recuerdos.
 
No doy segundas oportunidades
porque no valen sino para retorcer
en las heridas el cuchillo.
 
No las esperes, no las pidas,
simplemente no las hay,
solo la bruma gris del tiempo
y un rastro de sangre seca
que saltó de mil heridas.
 
 
P.D.
 
Y un cuchillo que me persigue,
unos grilletes me encadenan
conteniendo a la peor bestia.
 
Porque no es en verdad una bestia
sino la desnuda y pura esencia
de lo que es un ser humano